Bayauca

LINCOLN

TRABAJOS REALIZADOS

Ana Paula Latini
San Fernando | Argentina
artista

Para Ana Latini, el imaginario social colectivo de Bayauca parecía estar bastante marcado por vivencias y recuerdos de lugares en desuso, o que ya no existen en el pueblo. Las historias de vecinxs compartidas con ella relataron salidas a un cine que ya no existe, viajes en el tren que no pasa desde hace unos años, y compras en almacenes de los cuales sólo quedan sus fachadas. Muchos lugares del pueblo parecían sobrevivir en el relato de la población adulta. A partir de esta observación, Ana fue a la escuela primaria y se acercó a aquellxs que no compartían esas vivencias en la memoria. En un día de taller, junto con lxs estudiantes, produjo decenas de coloridas flores hechas de papel. Las flores se utilizarían como un ritual de homenaje y gesto de ofrenda en un cortejo de visita a estos lugares-símbolos de una antigua Bayauca, junto con lxs mayores de la comunidad. La artista concertó un encuentro en la estación de tren, como punto de partida. Cuando llegaron, lxs vecinxs se sentaron en sillas dispuestas en pequeñas filas, tal como se disponían los asientos en los vagones. Al escuchar repetidamente una bocina en volumen creciente, como un tren que se acercaba, se convocó a un momento para compartir historias. Y luego, siguieron por un itinerario que revisitaba un pasado todavía presente. Pasaron por el antiguo edificio del almacén, donde se hicieron algunos recitados locales. Caminaron hacia la esquina donde operaba el hotel del pueblo y donde estaba ubicada la única parada de colectivos que conectaba a Bayauca con otras ciudades. También visitaron el bar, donde aún se encontraba la antigua cancha de pelota paleta - un caminata en caravana, en cuál el itinerario surgía de una activación grupal y efímera. En cada lugar, se dejaron flores para su recuerdo, registrando la visita compartida en fotografías. Las fotografías fueron impresas y entregadas a la comunidad como objeto de reconocimiento de esos patrimonios de memoria.

EQUIPO DE COORDINACIÓN: Laura Khalloub, Rodolfo Sala, Paola Fabres y Andrés Labaké
Luciana Serrano
Buenos Aires | Argentina
artista

Bayauca es un pueblo situado cerca de la ciudad de Lincoln. Para Luciana, se destacaba la importancia que la historia del pueblo asumía para aquella comunidad: las nociones de pertenencia y de memoria eran temas recurrentes incluso en las conversaciones más informales. En los relatos entre los vecinos, el orgullo por el pasado era un factor presente, y junto a él, surgían pasivos reclamos sobre la falta de la existencia de registros escritos sobre la historia del pueblo. A partir de eso, Luciana Serrano buscó construir una constelación de mapas relacionales. Propuso ejercicios de dibujo de árboles genealógicos (a fin de mostrar cuántas familias estaban unidas entre sí), recogió entrevistas y testimonios de los ancianos (buscando comprender una Bayauca del pasado), al mismo tiempo que documentó  las carreras de motos de la juventud que se daban por las calles de tierra (encontrando, en paralelo, una Bayauca del presente). En medio de las dinámicas de rescate de memoria, la artista estimuló registros de canciones de cuna, incentivó la organización de las recetas de cocina del pueblo y activó distintos procedimientos de transferencia de saberes y técnicas que sugerían modos de auto conocimiento social. Las actividades y sus recursos metodológicos fueron compartidos con la comunidad educativa, con el fin de permitir la continuidad de los proyectos.

EQUIPO DE COORDINACIÓN: Laura Khalloub, Rodolfo Sala, Paola Fabres, Jorge Sepúlveda T. y Guillermina Bustos
Adriene Coelho
Palmas | Brasil
artista

Acostumbrada al paisaje rural brasileño, Adriene vió a Bayauca como un pequeño oasis urbano en medio de las plantaciones de soja de la pampa argentina. Sin embargo, algunos factores le resultaban extraños: esperaba encontrar ovejas y vacas, pero sólo encontraba perros. Escuchaba diariamente las máquinas cortando la hierba de los canteros de las calles y de la plaza central, pero sabía que el precio de la gasolina era bastante elevado, según contaban por los viajes y por la distancia que cruzaba hasta llegar al pueblo. “¿Y si colocáramos vacas y ovejas a pastar en la plaza, no sería una mejor solución?”. Pero para la artista, la vida del campo se esforzaba en esconderse, buscando arrojar luz a la pequeña ciudad de Bayauca. La comunidad se enorgullecía de sus construcciones, instituciones y modernizaciones, mientras que los signos del campo no parecían representar orgullo por parte de quien lidiaba con ellos. A los ojos de Adriene, el campo era evitado en aquellos pueblos que se esforzaban para alcanzar el progreso. Lo rural era una amenaza que representaba el retraso y contra la cual tenían que combatir siempre. Así, la artista dejó un regalo a la biblioteca del pueblo: un libro cosido por las propias vecinas del pueblo. El libro, que partía de las historias Mainarema (ciudad ficticia del libro "La Hora de los rumiantes", del escritor brasileño José J. da Veiga) y Casa Tomada (de Julio Cortázar), proponía una reflexión sobre la idea de amenaza y de invasión: una literatura que usaba la fantasía y el realismo mágico como motor para pensar sobre el pueblo de Bayauca y sobre sus propios temores.

 

EQUIPO DE COORDINACIÓN: Laura Khalloub, Rodolfo Sala, Paola Fabres, Jorge Sepúlveda T. y Guillermina Bustos
Lucila Poisson
Buenos Aires | Argentina
artista

Lucila se hospedó en la casa de la madre de Viviana (entonces delegada de Bayauca), casa que la familia mantenía intacta después de su fallecimiento, con todas las pertenencias y objetos de la señora. La experiencia de vivir en esa casa colaboró para la comprensión de las relaciones emocionales con los espacios familiares y públicos. Los vecinos comentaban que sentían nostalgia de las tertulias, reunión donde jóvenes, padres y abuelas se juntaban para ver películas de terror en el antiguo cine, cuando aún funcionaba. Hoy, quedan sólo las máquinas de proyección guardadas en desuso. En la percepción de Lucila, esos recuerdos eran la única instancia donde sucedían momentos de reunión colectiva de todo el pueblo, independiente de edad, sexo o género. A partir de allí, Lucila propuso reactivar algunos de esos espacios comunes, convocando a los vecinos de diferentes edades para una gran conversación rememorando las tertulias que sucedían en el pasado. En esa ocasión, participó la banda de rock local "Los Discípulos de Lorenzo", que compone y canta sobre las historias de Bayauca. Comienzan juntos a recordar las memorias locales, a contar sus anécdotas y a debatir sobre los problemas que atravesaban la comunidad. Así, los vecinos usaron como excusa la invitación de una artista para reunirse y escucharse, apropiándose de un lugar común que conectó a toda la población, donde pudieron ser asentadas las bases para nuevas articulaciones comunitarias.

 

EQUIPO DE COORDINACIÓN: Laura Khalloub, Rodolfo Sala, Paola Fabres, Jorge Sepúlveda T. y Guillermina Bustos

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